INTRODUCCIÓN
A fines de los años 80 el Perú se encontraba bajo el flagelo de los
terroristas y había una inmensa migración del interior del país a Lima, el
pueblo peruano requería un cambio urgente en la política social y económica.
En el año de 1988 surge el partido FREDEMO, el partido era la unión de
tres agrupaciones políticas: Movimiento Libertad, Acción Popular y Partido
Popular Cristiano. El FREDEMO estaba liderado por el conocido escritor Mario
Vargas Llosa. Las candidaturas del FREDEMO se caracterizaron por incluir
personajes jóvenes en ese entonces y muchos de ellos que realizaban su primera
incursión en política. El carácter de escritor y de intelectual de Vargas Llosa aglomeró
en el FREDEMO a muchas personalidades de la intelectualidad peruana así como
también a muchas personas de los estratos socios económicos más
acomodados. Doctrinariamente, se alzó contra la política económica y social
del gobierno de Alan García, estatizante y populista, frente a la cual sostuvo
la necesidad de implementar una reforma integral basada en la aplicación de
principios económicos liberales. Su primer documento programático fue el titulado
“Bases para el plan de gobierno del Frente Democrático 1990-1995” (14 de
abril de 1989). Puntos fundamentales del plan del FREDEMO fueron: una
estrategia de privatización de las empresas estatales y simplificación del
aparato estatal, una política de atracción de capitales extranjeros.
En el año de 1989 surge otro partido político denominado CAMBIO
90, el líder de este partido político de ascendencia japonés Alberto
Kenya Fujimori, hasta ese entonces poco conocido en el ámbito político. Las
principales bases de apoyo del partido fueron la Asociación Peruana de Empresas
Medias y Pequeñas (APEMIPE) junto al sector informal de trabajadores que se
asociaron a APEMIPE, y varios grupos de creyentes evangélicos, los
evangélicos fueron muy activos al nivel del contacto con el pueblo, justamente
donde los partidos políticos tradicionales
eran débiles.
Seis semanas antes de la primera vuelta electoral que se llevó a cabo
el 10 de abril de 1990,
Cambio 90 no reunía ni el 4% del electorado frente al 42% que tenía el
candidato del FREDEMO. Los resultados fueron sorprendentes al otorgarle a
Cambio 90 un segundo puesto con más de una cuarta parte de las preferencias. En
segunda vuelta obtuvo la victoria.
En los siguientes capítulos analizaremos la posible causa de la victoria
del partido CAMBIO 90 y la influencia que tuvieron los evangélicos.
CAPITULO I
ORIGEN DE LOS
PROTESTANTES
El movimiento de los protestantes nace con las reformas que se
produjeron con la separación de la iglesia católica. El reformador más conocido
fue Martín Lutero que propuso las 95 tesis contra las indulgencias papales en
el año de 1517. Lutero pudo difundir sus ideas mucho más que sus predecesores.
Excomulgado por el Papa, condenado por el emperador, perseguido por ejércitos y
sacerdotes, Lutero se mantuvo oculto durante más de un año en el castillo
de Wartburg traduciendo la Biblia al
alemán y escribiendo artículos que eran publicados y distribuidos masivamente.
El resultado fue una revuelta de los campesinos que pensaron encontrar una
liberación de la tiranía eclesiástica. Lutero, sin embargo, no pretendía
desatar una guerra, por lo que publicó un panfleto en el que exhortaba a los
campesinos a abandonar las armas. Ante esta actitud conciliadora de Lutero a
dicha rebelión, muchos nobles se volvieron partidarios suyos.
Cabe mencionar que la reforma se extendió por los países europeos,
hubo muchos reformadores. La reforma no pudo ingresar a España pero encontramos
algunos pensadores españoles de la época que decidieron aceptar la reforma,
entre ellos tenemos a: Cipriano de Valera y Casiodoro de Reina, este último
dejó un legado para todos los protestantes de habla hispana, ya que fue el
autor de la traducción de la Biblia al castellano, la llamada “Biblia del Oso”.
La biblia del oso luego fue revisado y corregido por Cipriano Valera en la que
llamamos La Biblia Reina – Valera.
CAPITULO II
PROTESTANTES EN EL
VIRREINATO DE PERÚ.
El 25 de enero de 1569 el rey Felipe II establece en Lima el Tribunal de
la Santa Inquisición, con el objetivo de proteger a la población de las
prédicas y prácticas contrarias a la fe católica.
Al declarar culpable, la persona recibía un castigo, llamado “auto de
fe”, que era ejecutado en la Plaza de Armas ante el público. Los castigo
variaban según la gravedad, iban desde penitencias religiosas, multas, azotes,
prisión, destierro y muerte.
Durante los años de (1569-1736),
fueron condenados a muerte y ejecutados 32 reo, entre ellos 6 protestantes.
Los ajusticiados por ser luteranos (protestantes), salvo el
caso de Mateo Salado (ultimado
en la hoguera el 15 de noviembre de 1573),
fueron en su mayoría piratas capturados
en actos de guerra, como John Butler y John Drake (sobrino del célebre corsario Francis Drake). Francisco de la
Cruz (ajusticiado el 13 de abril de 1578),
el único caso de sentencia por "alumbrado", destaca por haber
sido teólogo con estudios en Valladolid y rector de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos de Lima; sus postulados heréticos
incluían el cuestionamiento del sistema monárquico.
CAPITULO III
EVANGÉLICOS EN LA
REPÚBLICA DEL PERÚ.
Las iglesias
protestantes y evangélicas llegaron al Perú con los emigrantes
europeos y norteamericanos comprometidos en la difusión de la Biblia. Entre
ellos se destaca Diego Thomson,
ciudadano escocés que llegó al puerto del Callao en el Perú el 28 de junio de
1822 invitado por el libertador del Perú general José de San Martín.
El proyecto de San Martín era que Thomson organizara en el Perú el sistema de
formación de los maestros de escuela, a fin de popularizar la educación,
reservada hasta antes de la independencia a los criollos y adinerados
coloniales.
Más tarde se destaca en la difusión de la fe cristiana el misionero
italiano Rev. Francisco
Penzotti quien llegó al Perú en julio de 1888.Los esfuerzos
de difusión de las Sagradas Escrituras impulsados
por Francisco Penzotti permitieron después la fundación de la Iglesia Metodista, primera congregación
protestante en el Perú.
El reverendo Francisco Penzotti, fue apresado por establecer una obra
evangélica en Lima. Este suceso fue el inicio de una lucha por la libertad
religiosa dentro de la constitución peruana que afirmaba que la nación peruana
profesa la religión católica apostólica y romana y el Estado la defendía, tal
como se podía leer en el artículo cuatro de la Constitución de 1860. Este
suceso desencadenó una lucha por la libertad de culto en el Perú, lucha que se
consolida en 1933 estipulada en la Constitución de aquel año, la cual dice: “Respetando
los sentimientos de la mayoría nacional, el Estado protege la Religión
Católica, Apostólica, Romana. Las demás religiones gozan de libertad para el
ejercicio de sus respectivos cultos (Constitución Política del Perú-1933)”.
En 1917, el misionero evangélico y
reconocido filósofo y teólogo escocés reverendo John A. Mackay, funda la Escuela Anglo
Peruana. Mackay tenía vínculos con Haya de la Torre (Conocido líder Aprista)
que incluso se desempeñó como profesor en el colegio Anglo Peruana hoy San
Andres, Mackay fue amigo de Victor Andres Belaunde y formo parte del grupo de
intelectuales que formaron la revista El Mercurio peruano, también era amigo de
José Carlos Mariátegui.
En las décadas de los 70 y 80 nacen nuevas iglesias evangélicas. Agua
Viva, Camino de Vida, Iglesia Bíblica Emmanuel, Movimiento
Misionero Mundial, Movimiento Evangelístico Misionero, son los nombres de
algunas de las muchas iglesias que cada día nacen, basando su trabajo en la
predicación y el discipulado de los nuevos creyentes, formando también redes o
células dentro de hogares cristianos, distribuidos en los distritos de cada
departamento del Perú.
En los años 80 al regreso de la democracia en el Perú y la aparición de
Sendero Luminoso permitió el crecimiento protestante en el interior del país
con programas sociales dedicados a la alimentación de los más necesitados, como
es el caso de la Misión Compasión Internacional, con presencia en el país desde
1985. Así como también la lucha de distintos líderes y pastores en contra del
terror infundido por agrupaciones senderistas, muchos son asesinados por
oponerse a la ideología de la agrupación terrorista.
En el año de 1956 encontramos a Jose Ferreira Garcia uno de los pioneros
evangélicos en el parlamento, fue elegido diputado por Pasco en la lista de
Frente Parlamentario Democrático, estas elecciones fueron ganadas gracias al
APRA ya que la mayoría del Frente Parlamentario Democrático era del APRA.
Otro de los pioneros en la política fue Pedro Arana Quiroz, en 1978
logra llegar al constituyente.
En el año de 1980-1985 se forma el partido político Frente
Evangélico (FE), este partido representa el primer partido político
formado por evangélicos. En el lado de los israelitas se funda el Frente
Popular Agrícola del Perú (FREPAP). En el año de 1985-1990 se funda otro
partido político denominado Asociación Movimiento de Acción Renovadora (AMAR).
En los años 90 se forma el partido político Unión Renovadora del Perú (UREP).
Estos partidos políticos fueron desapareciendo debido a la falta de experiencia
de sus integrantes, recursos económicos y de liderazgo representativo.
CAPITULO IV
EVANGÉLICOS Y EL
PARTIDO CAMBIO 90.
Hasta el año de 1989 los evangélicos habían incursionado en la política
de manera independiente, también habían intentado crear agrupaciones políticas
que terminaron en fracaso, pero es notoria y masiva la incursión de evangélicos
en la política nacional en las elecciones presidenciales de 1990. En esta
oportunidad 17 hermanos logran ser parte de las cámaras de diputados y
senadores.
Y es aquí donde podemos detenernos, para reflexionar un momento.
Entremos en contexto. Luego de un desastroso gobierno aprista presidido por
Alan García, una nación sumida en la hiperinflación, menoscabada por el
accionar de dos grupos terroristas: Sendero Luminoso y MRTA, se encuentra
deseosa de encontrar una solución a su situación. La creciente decepción hacía
los partidos políticos tradicionales en los pocos 12 años del retorno a la
democracia al país, la nación se enfrentaba a unas elecciones que cambiarían la
escena política de nuestra nación.
En escena encontramos al reconocido escritor Mario Vargas Llosa, quien
luego de crear una agrupación política denominada Libertad, hace una alianza
con Acción Popular y el PPC formando FREDEMO (Frente Democrático) en 1988. Esta
candidatura era reconocida por su postura de derecha y liberal. Ya a mediados
de 1989 el escritor llevaba la delantera de las preferencias de voto según las
encuestas de la fecha, le seguían el aprista Luis Alva Castro y el ex alcalde
de Lima, Alfonso Barrantes Lingan, que contaba con buena preferencia por parte
del electorado hasta que a mediados del gobierno de Alan García mostró su apoyo
a este, lo cual le resto popularidad en la población. Las encuestas ubicaban a
Vargas Llosa con un 45% de intención de voto por parte de la población peruana.
Sin embargo, conforme se acercaba la fecha de las elecciones (8 de abril
de 1990) la campaña publicitaria empleada por parte de los aspirantes a un
curul en el congreso pertenecientes al Fredemo era costosa. Cada candidato a
congresista (senado o diputado) competía entre sí por el electorado, ocupando
las pantallas de la televisión con onerosos anuncios, lo cual repercutió en el
rechazo por parte de una población que se encontraba en su mayoría
“sobreviviendo” a una prolongada crisis económica producto de las decisiones
del gobierno saliente de Alan García (Murakami, 2007).
En el año de 1989 aparecería como el outsider el ingeniero Alberto
Fujimori, quien de manera atrevida osaba con entrar a los comicios electorales
del 8 de abril de 1990. El recientemente partido independiente Cambio 90,
creado por el ingeniero, apenas figuraba en las listas de las encuestas en la
sección otros. Diversos libros biográficos sobre esta etapa de “nacimiento
político” del Alberto Fujimori nos relatan cómo es que este desconocido saltó
al ruedo a enfrentar a los grandes de la política peruana de la última década
del siglo pasado. La iglesia evangélica forma parte importante de la campaña
política, a través de destacados representantes, se sumó a la propuesta de Fujimori
para aportar en esta incursión hacia el sillón presidencial. Y es que la imagen
de este hijo de inmigrantes japoneses sólo era conocida en el mundo académico,
pues fue rector de la Universidad Agraria de 1984 a 1989 así como presidente de
la ya desaparecida Asamblea Nacional de Rectores en el periodo 1987–1989. Esta
poca experiencia política le dio pie a iniciar casi como una aventura la
intención de postular a una candidatura a la presidencia del Perú. Motivado por
sus amistades cercanas, Fujimori se había acercado a los sectores populares de
Lima, enfocando su discurso en pequeños y micro empresarios, muchos de ellos
informales. Pero es que desde que fue presentado ante el pastor Pedro Vílchez
que Fujimori entra en relación con este sector evangélico del Perú. Es por
aquel contacto que el pastor Vílchez se interesa por las propuestas del
ingeniero y comienza una campaña en las iglesias evangélicas para ganar
afinidad con el partido Cambio 90. Y es también por este acercamiento, que
originalmente Fujimori no había previsto, que reconoció en la iglesia
evangélica un sector de la población en la que podría apoyarse para la
competencia presidencial, ya que este grupo representaba el 5% de la población
en aquella época.
La participación de Pedro Vílchez fue vital para la incursión de los
evangélicos en las elecciones de 1990, a través de un partido con el cual se
sentían identificados plenamente. Fe, Honradez y Trabajo era
el primer slogan de campaña de Cambio 90; las palabras Fe y Cambio son parte
del lenguaje de las iglesias evangélicas, que profesan un cambio de vida a
través de la obra de la fe en Jesús, el hijo de Dios. Esto sumado a la
inclusión del pastor Carlos García García, presidente del CONEP (Concilio
Nacional Evangélico del Perú) la postulación de Fujimori empezó a calar dentro
de la población protestante. Un tema importante que surgía en la mente de los
feligreses evangélicos era si es que debían apoyar algún candidato específico,
los pastores orientaban a sus iglesias en los diversos procesos democráticos
que ya había vivido la nación, pero eran muy pocos los que apuntaban hacia un
candidato específico. Es en esta campaña que cambia el mensaje, puesto que el
mismo Fujimori presentaba a su partido, Cambio 90. La población peruana
decepcionada de los políticos tradicionales como y un sector cristiano
evangélico que no se identificaba con ningún personaje en particular,
encontraron en Fujimori una opción, noble, independiente, inmaculada de la
politiquería, emergente de una clase trabajadora, como es la proyección que el
latino tiene de las familias nipones, tal vez el “elegido” por el cual se
clamaba dentro de las congregaciones para librar al país de su ruina inminente
y de las amenazas de políticos tradicionales que gobiernan por sus intereses y
para los que más tienen.
La estructura jerárquica de las iglesias evangélicas y su diseminación
en los pueblos del interior del país fue importante para la difusión de la
propaganda proselitista de Fujimori. No era extraño ver en los periódicos murales
de diversas iglesias afiches con el “Chinito” presente, así como en las
reuniones dominicales se anunciaba la opción de elegir a un candidato que era
respaldado por distintos pastores destacados entre el pueblo evangélico. Aunque
el cuerpo evangélico no apoyaba plenamente la campaña fujimorista, si fue
considerable su accionar para colocar en el ambiente el nombre de este
candidato. La iglesia evangélica tiene una práctica común, la evangelización
puerta a puerta, a través de la que diversos hermanos anuncian el mensaje
evangelizador a los pobladores de una determinada ciudad o pueblo. Esta
práctica tan interiorizada, fue un medio por el cual se pudo diseminar la
candidatura de Fujimori como una opción que valía la pena considerar. El boca a
boca funcionó en los lugares donde no llegaban los medios tradicionales y la
propaganda televisiva, incluso el uso de estaciones de radio las cuales muchas
iglesias poseen para transmitir sus reuniones, música, predicaciones y
mensajes, fueron medios de los que se valió la campaña fujimorista.
Aunque Fujimori junto a Vilchez visitaron diversas iglesias,
confraternidades pastorales en el interior del país, su campaña dentro de las
iglesias fue focalizada al centro y sur del país, sin lograr alcanzar la
totalidad de la nación. La imagen de ser un hombre honesto, de buen testimonio
y con un deseo de servicio para con los demás, fue lo que se interiorizó dentro
de la mayoría de hermanos evangélicos más sencillos. A pesar de que él siempre
afirmó ser un católico confeso, se le tildó del “hermano” Fujimori por estas
características antes mencionadas y por estar rodeado de pastores que avalaban
su candidatura.
Cabe destacar un elemento publicitario importante de esta campaña dentro
del pueblo evangélico, fue la elaboración de un folleto denominado: “Cambito y
los dos caminos” que fue diseñado por un partidario de Cambio 90 y se difundió
entre las diversas iglesias del interior del Perú. El folleto nos describe la
propuesta resumida del partido, cargado de un mensaje anti-político y de
inclusión a nuevos actores, mensaje que encontraba afinidad en la población
menos favorecida de la nación. Pero lo que llama más la atención de este
folleto, es que la imagen es muy similar a una imagen muy insertada en el
imaginario evangélico: “Los dos caminos”. Aquí vemos como la opción de Cambio
90 es un camino hacía el éxito, hacia el progreso, la estabilidad y la paz casi
celestial tan añorada por los peruanos. Y el “otro” camino, que te llevaba
cerca al abismo, cercado de tinieblas y tormentas, connotando caos,
destrucción, es “el infierno” si es que no votabas por Cambio 90. Este afiche
se asemeja a lo enseñado por Jesús en la Biblia:
Entrad
por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que
lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es
la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la
hallan Mateo 7:13-14.
Con esta afiche era fácil que los evangélicos se identificaran con
simplemente ver una imagen tan propia del lenguaje gráfico evangélico. Un gran
punto a favor por parte de la estrategia propagandística del equipo del
candidato Fujimori.
Fujimori logra pasar a segunda vuelta alcanzado el 24% del voto
nacional, lo que genera una gran sorpresa.
A raíz del apoyo del sector evangélico al partido cambio 90, la iglesia
católica se vio amenazad. Por esa razón durante el periodo de las
elecciones de la segunda vuelta la iglesia católica liderada por Ugusto
Vargas Alzamora trato de satanizar la elección del candidato Alberto Fujimori.
El arzobispo de Lima, Augusto Vargas Alzamora, emite una carta abierta a los
católicos «ante la campaña insidiosa desatada contra nuestra fe católica por
grupo llamado evangélicos». Se realiza una procesión católica (Señor de los
Milagros) como supuesto desagravio por la falta de respeto sufrida por las
figuras eclesiales.
Podría afirmar que el crecimiento en la campaña en gran porcentaje fue
gracias al pueblo evangélico, debido a su trabajo de hormiga recolectaron
firmas para inscribir al partido, contribuyendo en la formación de comités
locales y apoyando en publicidad en los lugares más recónditos del país,
también apoyaron en la logística para la campaña. Es posible destacar que
la influencia de este sector de la sociedad se hizo notar y ayudó en la primera
parte de la contienda electoral. . Fujimori reconoció esa ayuda
otorgándoles el 21,6% de participación en su lista de diputados y el 18,3% en
la de senadores. Logró incluso insertar a 13 diputados y 4 senadores dentro del
Congreso por voto preferencial, una cifra récord para los evangélicos. Este
grupo estaba conformado por pastores y laicos de diversas denominaciones
evangélicas, la iglesia cristiana evangélica se sintió representada en el
inminente gobierno de Alberto Fujimori. Sin embargo Fujimori margino a los
evangélicos nombrado entre ellos a Carlos García y García, fue el segundo
vicepresidente de la República durante el primer gobierno de
Alberto Fujimori (1990-1992). El 16 de julio de 2002, durante
el gobierno de Alejandro
Toledo, fue condecorado por el Congreso
de la República del Perú con la Medalla de Honor en el grado de
Gran Oficial, «por su compromiso con la verdad y su permanente lucha en defensa
de la democracia».
CONCLUSIONES
§
La participación de los evangélicos fue decisivo para que
Fujimori ingresara a la segunda vuelta, debido a su trabajo de propagar
las propuestas del candidato en los lugares más recónditos del país, alentando
a votar en algunos eventos y cultos dentro de la iglesia. No puedo afirmar que
todas las iglesias evangélicas participaron en la campaña política, pero
puedo apreciar que hubo una mayoría que veía a Fujimori como el cambio que el
Perú necesitaba, algunos tildaron como el “mesías de la política peruana”.
§
Durante las elecciones de 1990 se presentaron la lucha de
religiones denominados la “guerra santa”, la lucha se realizó entre la iglesia
católica y los evangélicos. La iglesia católica liderada por el Monseñor Vargas
Alzamora apoyo de manera abierta al candidato Mario Vargas Llosa, quien
profesaba ser “agnóstico”. Fujimori no pertenecía a ninguna iglesia evangélica,
tampoco era simpatizante, es más el mencionó que era católico.
§
El David de Cambio 90 acabó convirtiéndose en Judas. Desde
el principio del régimen de Fujimori los evangélicos nombrados fueron
marginado debido a la poca experiencia en política.
§
La participación de los evangélicos en la política debe de ser
con un candidato que profese el evangelio, no solo que profese sino que
esté comprometido con el pueblo peruano, de lo contrario podrán en tela de
juicio la moral que se profesa como evangélico.
BIBLIOGRAFÍA
Tomas Gutierrez Sanchez “El “hermano” Fujimori””, Lima,
Ediciones AHP, 2000.
Giona Alva Olivera, “Los pastores van a las urnas: el voto evangélico
en el Perú”, Lima, El comercio, 2016.
Iván Arbañil, “Evangélicos y política en el Perú: la gesta de un
outsider”.

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