
A veces pensamos que si somos hijos de Dios por qué nos pasan cosas malas, hay ciertas situaciones en nuestra vida que nos harán dudas de la misericordia de Dios e incluso de su plan perfecto. Cuando vemos que nuestros sueños no se cumplen, cuando tenemos necesidades no suplidas nos preguntamos por qué si soy hijo de Dios me pasan todas estas cosas. La realidad es que ser hijo de Dios no es garantía que tendremos una vida plena; también pasamos por depresiones, ansiedades, sufrimos el estrés de la vida, carecemos de recursos económicos, enfermamos entre otras cosas. Como decía el apóstol Pablo en todas estas cosas somos más que vencedores, pero no somos más que vencedores porque hayamos logrado algo con nuestra humanidad, sino somos vencedores por medio de aquel que nos amó Jesucristo.
Ante esta situación de crisis por el corona virus, crisis económico, de estrés y ansiedad que provoca la cuarentena, lo único que podemos hacer es recordar que somos más que vencedores y no somos vencedores porque nosotros con nuestra humanidad hayamos logrado algo sino somos vencedores porque Dios en su infinita misericordia nos miró nos ha llamados ser su hijos.
Muchas gracias por la reflexión, propicia para estos tiempos, bendiciones.!!
ResponderEliminar